sábado, 29 de marzo de 2008

VI ENCUENTRO INTERNACIONAL DE EXPERTOS ENFERMERIA ESCOLAR 2008. (Para su difusión.)

VI ENCUENTRO INTERNACIONAL DE EXPERTOS EN SALUD ESCOLAR

SOBRE

“Cuidados para la Promoción de Salud en la Escuela”

Oviedo, 23 al 25 de mayo de 2008

El Objetivo General del Encuentro Internacional es potenciar la implantación de la Enfermería Escolar en los centros educativos.

Los Objetivos específicos, son:

  • Crear la Red de Enfermería Escolar.
  • Elaborar la Guía de Práctica Clínica del Escolar, bajo la dirección de cada uno de los presidentes de las comisiones de: medicina, enfermería, fisioterapia, podología, odontología, educación y psicología.
  • Celebrar la Asamblea General Anual Ordinaria de Miembros de la AEMSEU 2008.

La temática que nos proponemos tratar, son:

  1. Políticas escolares saludables para los escolares y jóvenes.
  2. El Cuidado de la Salud: Gestión del conocimiento en el aprendizaje de habilidades para la vida.
  3. Creación de Entornos saludables: El equipamiento escolar
  4. Provisión de Servicios de Enfermería Escolar.
  5. Actividades de Promoción de Salud y Prevención en el medio escolar.
  6. El trabajo en Red en Promoción de la Salud Escolar.
  7. Guía de Práctica Clínica del Escolar y el Joven.

SEMINARIO INTERNACIONAL DE EXPERTOS

PARA

La Elaboración de la Guía de Práctica Clínica del Escolar y el Joven, 2008

SEMINARIO INTERNACIONAL DE EXPERTOS EN MEDICINA ESCOLAR sobre Sistemática del Examen de Salud del Escolar”.

Dirige: Dr. Manuel Tolosa-Latour Alcalá-Galiano.

SEMINARIO INTERNACIONAL DE EXPERTOS EN ENFERMERÍA ESCOLAR sobreMapa de Competencias del Enfermero Escolar”.

Dirige: Doña Mercedes Martínez Piédrola y Don Mariano Castro Molina.

SEMINARIO INTERNACIONAL DE EXPERTOS EN ODONTOLOGÍA ESCOLAR sobre “Protocolo de Atención de Salud Bucodental al Escolar ”.

Dirige: Prof. Dr. Miguel Ángel López Bermejo.

SEMINARIO INTERNACIONAL DE EXPERTOS EN FISIOTERAPIA ESCOLAR sobre Escuela de Espalda”.

Dirigen: Prof. Miguel Fuentes Rodríguez y Don Sergio Lerma Lara.

SEMINARIO INTERNACIONAL DE EXPERTOS EN PODOLOGÍA ESCOLAR sobre Protocolo Atención Podológica al escolar”.

Dirigen: Prof. Dr. Ricardo Becerro de Bengoa Vallejo y Profa. Dra. Marta Losa Iglesias.

SEMINARIO INTERNACIONAL DE EXPERTOS EN EDUCACIÓN Y PROMOCIÓN DE LA SALUD ESCOLAR

Preside: Prof. Dr. José Crespo Vasco.

“Protocolo de Valoración del Desarrollo”

Dirigen: Doña Beatriz Becerro de Bengoa Vallejo y Doña Olivia Fuentes Fuertes.

“Protocolo de Educación Sexual y Reproductiva.”

Dirige: Doña Valle Lacadena.

“Protocolo de Atención Enfermera al Niño Maltratado.”

Dirigen: Prof. Dr. Antonio Sáez Crespo y Doña Mercedes Martínez Piédrola.

PREMIO INSTITUCIONAL "DR. TOLOSA-LATOUR 2008"

Al Organismo o Institución que se haya distinguido por la defensa de los derechos de los escolares y jóvenes universitarios a la salud, la educación y el bienestar en el entorno escolar.

PREMIO DE INVESTIGACIÓN 2008

La Asociación Española de Medicina y Salud Escolar y Universitaria hará entrega del Premio 2008 al mejor trabajo científico presentado en formato de póster, en el Acto de Clausura de la VI Reunión Internacional de Expertos sobre "Cuidados para la Promoción de Salud en La Escuela", el día 24 de Mayo en Oviedo (Asturias)

FORMACIÓN EN SALUD ESCOLAR

Diplomado en Enfermería Escolar por la Universidad Complutense (Abril a Junio de 2008)

Está abierto el plazo de Preinscripción. http://www.saludescolar.net/paginas/cursos/DiplomaSE08.htm

INFORMACIÓN

Normas para presentación de Comunicaciones Científicas.

Se pueden presentar comunicaciones científicas tipo póster, en formato Power Point, según normas del Modelo de Póster , hasta el 12 de mayo de 2008.

El Resumen deberá hacerse en el Modelo de Comunicación. La longitud máxima del Resumen es de 400 palabras; y en él deberá constar: Introducción, objetivos del estudio, la metodología empleada, y los principales resultados obtenidos.

El envío del Resumen, podrá ser por correo convencional, mensajería o correo electrónico al E-Mail del Secretario del Comité Científico, Dr. R. Becerro de Bengoa: ribebeva@enf.ucm.es

El Comité Científico evaluará el Resumen del trabajo, y contestará por correo electrónico si ha sido aceptado para su presentación. La presentación de comunicaciones científicas requiere la previa inscripción en el VI Encuentro Internacional de Expertos en Salud Escolar 2008 del autor firmante.

Prof. Dr. Antonio Sáez. MD, PhD, MPH & MBA.

Presidente Asociación Iberoamericana de Medicina y Salud Escolar y Universitaria

sábado, 22 de marzo de 2008

LAS MARAVILLAS DE LA LECHE MATERNA


EL PERIODO DE LA LACTANCIA MATERNA PERMITE COMPLETAR EL DESARROLLO DE ORGANOS Y SISTEMAS QUE AL MOMENTO DE NACER SON AUN INMADUROS. LA LECHE DE LA MADRE, ADEMAS DE APORTAR LOS NUTRIENTES EN LAS PROPORCIONES Y CALIDADES NECESARIAS, ENTREGA TAMBIEN MOLECULAS Y CELULAS QUE AYUDAN AL RECIEN NACIDO A PRESERVAR DE LAS INFECCIONES PROVENIENTES DEL MEDIO AMBIENTE.

Los primeros dos o tres años de vida de un niño son esencialmente críticos para su normal crecimiento y desarrollo. Su velocidad de crecimiento (duplica el peso en cinco meses) junto a la necesidad de formar nuevos órganos y tejidos, hace que requiera de nutrientes en cantidades y calidades muy específicas. Un aporte insuficiente o cualquier otro factor adverso que lo afecte durante este período, va a tener repercusiones por el resto de su vida.

En la especie humana el recién nacido nace muy inmaduro, y es sólo durante el período de la lactancia que los diferentes órganos y sistemas alcanzan su funcionalidad normal. Es especialmente vulnerable el tejido cerebral, ya que es en este período cuando se establecen la mayor parte de las interconexiones neuronales (cableamiento) que más tarde van a permitir el desarrollo de las capacidades intelectuales y los mecanismos de control del cerebro sobre las diferentes funciones orgánicas (Creces , Agosto 1998, pág. 12). Del mismo modo, el recién nacido presenta una inmadurez de su sistema inmunológico, de las funciones hepáticas y renales.

Más que en otros mamíferos que nacen con un mayor grado de desarrollo, la lactancia materna adquiere una gran importancia. Ella representa una extensión del proceso madurativo intrauterino, necesario para completar el desarrollo y madurez que más tarde se va a requerir para adaptarse a su medio ambiente de por sí agresivo. Es la leche materna la que proporciona todos los nutrientes indispensables para el crecimiento y el desarrollo, considerando que deben estar en un equilibrio tal, que no signifique un recargo para la inmadurez de riñones e hígado. Aparte de los nutrientes, la leche aporta importantes elementos defensivos necesarios que suplen la inmadurez inmunológica y que le permite defenderse de las infecciones.

RAZONES DE LAS VENTAJAS

Las razones que justifican las ventajas de la lactancia materna son muchas, pudiendo destacarse entre ellas las siguientes:

1.-La leche materna contiene una concentración precisa de nutrientes que son los óptimos que requiere el niño para su desarrollo y crecimiento. Esta realidad válida para la especie humana, es también válida para las diferentes especies de mamíferos. El ritmo de crecimiento y características propias de cada especie exige de concentraciones precisas de nutrientes para cada una de ellas, y es por ello que la composición de las leches varía grandemente según las características de cada especie. En aquellas especies de rápido crecimiento la concentración de proteínas en la leche es más alta, al igual que la de algunos otros nutrientes. La leche de vaca contiene un nivel mucho más alto de proteínas que la leche humana y es la adecuada para el ternero, pero no para el recién nacido humano, que al ser sometido a una sobrecarga proteica exige la máxima funcionalidad de riñones e hígado, órganos que en el momento de nacer no han alcanzado su madurez total.

Es cierto que la alimentación artificial del lactante ha progresado enormemente en los últimos años, debido a los numerosos esfuerzos que la industria láctea ha realizado para modificar la leche de vaca tratando de asemejarla en su composición y características a la de la leche humana. Pero aun así, no ha sido posible el reemplazo de los elementos que colaboran en la defensa inmunitaria, o de otros elementos no bien conocidos, que se sabe colaboran en el proceso de crecimiento y desarrollo.

2.-Otra razón tiene que ver con los factores emocionales, que son esenciales para el normal desarrollo del lactante. El amamantamiento de un niño por su madre es un proceso fisiológico, indispensable para el normal desarrollo emocional y cerebral del lactante. Son numerosas las investigaciones que en los últimos años confirman esta afirmación. Los factores emocionales (sean estos positivos o negativos) son captados por la corteza cerebral y luego a través del hipotálamo influyen directamente sobre el sistema hormonal del niño, el que a su vez regula el metabolismo y el proceso de crecimiento y desarrollo en general. También el proceso de la lactancia influye favorablemente sobre las condiciones emocionales de la madre, estableciendo una normal relación entre madre e hijo que también es indispensable.

3.-También la lactancia materna favorece a la madre, ya que la hace recuperar su peso y figura más rápidamente. El organismo materno, durante el embarazo, acumula grasas en sus tejidos con el objeto de guardar una reserva energética que más tarde deberá utilizar en la producción de leche. Si la lactancia materna se reemplaza por una alimentación artificial, el deshacerse de esta reserva lleva más tiempo o ocurre sólo parcialmente.

4.-En condiciones normales la leche materna prácticamente no contiene gérmenes patógenos, lo que no ocurre siempre con los biberones, donde existe el riesgo de contaminación por mala preparación de las fórmulas o la falta de higiene de contenedores y chupetes. Ello es especialmente importante en países atrasados, donde las condiciones higiénicas y educacionales son precarias. Es así como en el subdesarrollo la alimentación artificial es la principal causa de la alta frecuencia de diarreas y trastornos gastrointestinales, que llevan a la desnutrición del niño durante los primeros períodos de la vida extrauterina.

5.-La leche de la madre ayuda activamente al recién nacido a prevenir las infecciones. Durante el embarazo pasan anticuerpos de la madre al feto, los que aún circulan en la sangre del recién nacido durante las primeras semanas, con lo que éste consigue neutralizar los microbios. El proceso defensivo se completa con el aporte en la leche materna de diversas proteínas de acción inmunológica, además de células con funciones también inmunológicas. Veámoslas en detalle:

LOS ANTICUERPOS DE LA LECHE MATERNA

Los anticuerpos, que también se denominan inmunoglobulinas en el organismo humano, son de cinco tipos diferentes, nombrándose según las siglas: IgG, IgA, IgM, IgD e IgE. Todos ellos se encuentran en la leche humana, pero por muy lejos el tipo más abundante es el IgA, especialmente en la forma llamada "IgA secretoria", que en los adultos se encuentran en grandes cantidades, tanto en el interior de los intestinos como en el sistema respiratorio. Estos anticuerpos resultan de la unión de dos moléculas IgA, además de un componente secretorio, cuya función parece ser la de ofrecer un escudo a las moléculas de anticuerpos para impedir que sean degradados por los ácidos del estómago y líquidos intestinales.

Los lactantes que se alimentan artificialmente tienen pocos medios para defenderse de las bacterias patógenas, ya que sólo más tarde (semanas o meses después del nacimiento) son capaces de producir sus propios anticuerpos. Durante todo este tiempo están desprotegidos y corren un alto riesgo de infestarse.

En cambio, si el lactante se alimenta con leche materna, ésta le proporciona las moléculas de IgA secretoria, que pasan a su intestino cuando succiona la leche. Allí se unen a los microorganismos patógenos impidiendo que penetren las mucosas. La madre sintetiza estos anticuerpos cuando ella ingiere o inhala gérmenes causantes de enfermedades. Cada anticuerpo que ella produce es específico para cada germen. Como ella fabrica anticuerpos que son específicos para los gérmenes que están en su propio medio ambiente, el lactante también recibe la misma protección. Es decir, los anticuerpos que recibe el lactante, son los específicos para defenderse de los gérmenes que probablemente va a recibir del mismo ambiente de la madre.

Pero una segunda función de estos anticuerpos aportados por la leche de la madre es que no dañan a las bacterias útiles que tienen que desarrollarse en el intestino. Estas, cuando se instalan en el intestino, impiden el desarrollo de bacterias dañinas. Hasta ahora los investigadores no tienen una explicación clara de cómo el sistema inmune de la madre se las arregla para fabricar anticuerpos sólo contra las bacterias dañinas y no contra las bacterias beneficiosas. Pero cualquiera que sea el mecanismo, el hecho es que favorece el establecimiento en el intestino de las bacterias amigas.

Las moléculas de IgA secretora, a diferencia de otros anticuerpos, no dañan al lactante y mantienen a raya las enfermedades sin causar inflamación, proceso en el cual se liberan diversas sustancias químicas que destruyen los microbios, pero que simultáneamente dañan los tejidos normales. En el lactante, la mucosa intestinal es extremadamente delicada y la liberación de estos productos químicos podrían producir daños considerables en ella. Estos gérmenes amigos ayudan a mantener sana la mucosa intestinal, ya que se ha visto que animales de experimentación que nacen por cesárea y que se les mantiene en un ambiente libre de gérmenes amigos, inmediatamente se altera su mucosa intestinal (Creces, Noviembre 1999).

Pareciera que estas mismas IgA secretorias son capaces de proteger la superficie de otras mucosas, aparte de la del intestino. En muchos países, particularmente en los países asiáticos, en Sud América y en el norte de Africa, existe la práctica de tratar y prevenir las infecciones de los ojos de sus lactantes poniéndoles leche en su superficie. Aun cuando no hay una demostración científica de este efecto terapéutico, por lo menos hay una explicación teórica para pensar que se justifica. Es de imaginar que ello funciona, porque de otro modo la costumbre no estaría tan difundida y ya se habría desprestigiado.

ABUNDANCIA EN LA LECHE MATERNA DE MOLECULAS BENEFICIOSAS

En la leche humana, aparte de la IgA secretoria, existen otras diversas moléculas que también previenen que gérmenes nocivos se adhieran a la superficie de la mucosa. Entre ellas, los oligosacáridos, constituidos por cadenas simples de azúcar. Ellos contienen ciertos dominios que se asemejan a los sitios de unión que poseen las células de la mucosa en su superficie. Son estos los sitios en que se unen las bacterias a las células para luego penetrar al interior de ellas. Por la semejanza de esos dominios de los oligosacáridos, éstos interceptan a las bacterias logrando formar complejos que las envuelven y que más tarde el lactante excreta por las deposiciones. Además la leche contiene largas moléculas llamadas "mucina", que contienen una gran cantidad de proteínas y carbohidratos. También ellas son capaces de envolver bacterias y virus eliminándolos a través de las deposiciones.

En la leche también hay otras moléculas con funciones muy valiosas. Una de ellas es una proteína llamada "lactoferrina" que puede captar dos átomos de hierro. Como muchas bacterias patógenas para crecer y desarrollarse necesitan hierro, la lactoferrina al enclaustrarlo no se lo dejan disponible, dificultando así su desarrollo. Este mecanismo es especialmente efectivo para impedir la proliferación de gérmenes que pueden causar serias enfermedades, incluyendo al "Stapylococus aureus". La lactoferrina también altera el proceso por el cual las bacterias digieren los carbohidratos, siendo éste otro mecanismo que también limita su proliferación. Del mismo modo, la proteína que se une a la vitamina B12 (B12 Binding Protein) priva a los microorganismos de esta vitamina, lo que es otro mecanismo que dificulta su crecimiento.

"El factor Bifidus" es uno de los factores que desde hace mucho tiempo se sabe que está en la leche humana y que contribuye a incrementar la resistencia a las enfermedades. Este factor promueve el crecimiento de organismos beneficiosos, como el "Lactobacillus bifidus". La leche humana también defiende al recién nacido contra los virus. Así por ejemplo, ácidos grasos libres presentes en la leche son capaces de dañar la membrana proteica que envuelve a los virus. El interferon, encontrado especialmente en el calostro (la primera leche de color amarillo que se secreta durante los primeros días de la lactancia), también tiene una gran capacidad antiviral. Igualmente el calostro contiene "fibronectina", que puede incrementar la actividad de los fagocitos para tragarse gérmenes que hayan escapado a los anticuerpos. Como la IgA, la fibronectina minimiza el proceso inflamatorio ayudando a reparar los tejidos dañados por ella.

DEFENSAS CELULARES QUE PROPORCIONA LA LECHE MATERNA

La leche materna contiene también una gran cantidad de células inmunológicas. Ellas son glóbulos blancos o leucocitos, que por sí mismos combaten las infecciones y también activan otros procesos defensivos. La mayor cantidad de estas células se encuentra en el calostro. Ellas principalmente son neutrófilos, un tipo de fagocitos que normalmente circulan en el torrente sanguíneo. Existen ciertas evidencias que estos neutrófilos continúan actuando como fagocitos en el intestino del niño. Sin embargo, ellos son menos agresivos que los neutrófilos sanguíneos y desaparecen de la leche seis semanas después del nacimiento. Quizás ellos tengan otras funciones, como proteger los pechos de infecciones.

En menor proporción la leche contiene macrófagos, que también son fagocitos como los neutrófilos y desarrollan una variedad de funciones protectivas. Los macrófagos constituyen aproximadamente el 40% de los linfocitos del calostro. Ellos son mucho más activos que los neutrófilos y más movibles que sus congéneres de la sangre. Aparte de ser fagocitos, los macrófagos en la leche fabrican "lisozimas", aumentando su cantidad en el tracto gastrointestinal del lactante. Las lisozimas son enzimas que destruyen las paredes de las bacterias.

Además, macrófagos en el tracto intestinal estimulan a los linfocitos para que se pongan en acción. Los linfocitos constituyen el restante 10% de las células blancas de la leche. Alrededor de un 20% de estas células son B linfocitos, que son los que precisamente producen los anticuerpos. Los restantes son linfocitos T, que directamente destruyen las células infectadas o envían mensajes químicos que movilizan otros componentes del sistema inmune. Los linfocitos de la leche parecen tener un comportamiento diferente al de los linfocitos de la sangre. Los de la leche por ejemplo, proliferan en presencia de Escherichia coli, que es un germen muy peligroso para los lactantes. Los linfocitos de la leche también producen muchas sustancias químicas como "gama-interferon", "factor inhibidor de inmigración" y "factor quimotáctico de monocitos", todos los cuales refuerzan la respuesta inmune del lactante.

BENEFICIOS AGREGADOS

Son numerosos los estudios que demuestran que en la leche humana existen ciertos factores que inducen al sistema inmune del lactante a madurar más rápidamente, en comparación con aquellos lactantes alimentados artificialmente. Así por ejemplo, los niños alimentados al pecho, al ser inmunizados, producen niveles más elevados de anticuerpos. También ciertas hormonas en la leche (como el "cortisol") y proteínas más pequeñas (incluyendo el "factor de crecimiento epidermal", el "factor de crecimiento nervioso", "factor de crecimiento semejante a la insulina" y la "somatomedina C") ayudan a mantener indemne la mucosa intestinal del recién nacido haciéndola impermeable a patógenos no deseados y a otros potenciales agentes dañinos. Por otra parte, estudios realizados en animales demuestran que el desarrollo posnatal del intestino ocurre más rápido en animales alimentados con leche de la madre. Más aún, animales que además reciben calostro, que contiene altas concentraciones de factor de crecimiento epidermal, maduran aún más rápidamente.

Otros factores desconocidos en la leche humana estimulan la producción de IgA propia del lactante, como también la lactoferrina y la lisozima. Estas tres moléculas se encuentran en gran cantidad en la orina de lactantes alimentados al pecho. Esta necesariamente debe ser producida por la mucosa del propio lactante, ya que estas mismas moléculas que proporciona la leche no se pueden absorber por el intestino y por lo tanto no pueden ser eliminadas por el riñón. En otras palabras, la lactancia materna induce la inmunidad local en el tracto urinario.

Esto se confirma por el hecho observado de que los lactantes alimentados al pecho, si se comparan con los alimentados artificialmente, tienen menor riesgo de presentar infecciones urinarias. Finalmente, otras evidencias sugieren que existiría un factor desconocido en la leche humana que induce al lactante a producir su propia fibronectina.

Considerando todos estos antecedentes, la leche humana es un fascinante líquido que suministra al lactante elementos que van más allá de la nutrición. Todos ellos lo protegen de las infecciones hasta cuando él pueda más tarde protegerse por sí mismo.


Algunos enlaces sobre lactancia materna:

Lactancia Materna
Estimulación Materna hacia la Lactancia Natural
Estimación del Valor Calórico de la Leche Materna
Lactancia Materna y Seguridad Alimentaria Nutricional
Pruebas Científicas sobre los 10 Pasos para una Lactancia Natural
Estrategia Mundial para la Alimentación del Lactante y del Niño Pequeño

viernes, 21 de marzo de 2008

Modelo de atención integral


Modelo de atención integral

para niños, niñas y adolescentes


Uno de los cuatro objetivos sanitarios para la década es “Disminuir las desigualdades en salud”, pero para enfrentar este objetivo nos debemos plantear la interrogante ¿Dónde se origina la desigualdad?. Las desigualdades se originan desde la concepción de los niños y niñas, en relación con las condicionantes socioculturales que afectan el desarrollo integral de ellos. Como lo hemos comentado en clase, la infancia siempre ha sido foco de atención, en términos de disminuir los problemas de ese grupo de edad, centrando el impacto en indicadores biomédicos. Pero es imprescindible considerar otros aspectos que influyen en el desarrollo. En Chile se ha implementado el Sistema de protección social de la infancia “Chile crece contigo”. Dentro del cual, el sector salud está centrado en el Programa de apoyo al desarrollo biosicosocial, que profundizaremos más adelante, y en el cual se considera la vigilancia de factores de riesgo sicosocial, fortalecer los cuidados prenatales, fortalecer el control de salud, fortalecimiento de intervenciones específicas relacionadas con problemas de salud, fortalecimiento estrategias de desarrollo local considerando las determinantes sociales del desarrollo infantil.

Este modelo debe considerar como aspectos fundamentales, los siguientes:

1.- Enfoque biosicosocial

2.- continuidad en la atención

3.- Prestación de servicios integrados

4.- Resolutividad

5.- Responsabilidad compartida

6.- Participación social

7.- Promoción de la salud

8.- Interculturalidad

9.- Garantías explícitas de acceso, oportunidad y protección financiera

10.- Búsqueda impacto sanitario

11.- Enfoques de género


Las estrategias de intervención deben aplicar los conceptos de crecimiento y desarrollo.

Al organizar programas de atención del adolescente se debe considerar su triple dimensión bio-psico-social. Para ­llevar el concepto al plano operacional, es indispensable el trabajo multidisciplinario, transdisciplinario e intersectorial.Los problemas de salud del adolescente y del joven se ­interrelacionan: las conductas de riesgo se concentran en ­subgrupos más vulnerables. Como consecuencia, los sistemas de atención de adolescentes y jóvenes deben ofrecer atención ­integral y no segmentada en forma sub especializada; ello ofrece­ grandes ventajas en cuanto al rendimiento de las acciones, pues ­una intervención puede tener efectos en más de un problema ­(efecto "abanico"). Es necesaria la estructuración de una red de­servicios que facilite la entrada al primer nivel (consultorios) ­y la referencia expedita a los niveles más complejos (centros ambulatorios de especialidades, hospitales) cuando proceda, así ­como la coordinación del equipo de salud con las instancias y mecanismos para llegar a la comunidad en que los adolescentes se encuentran. Finalmente, dado que se están desarrollando programas e ­iniciativas en salud integral del adolescente y joven, se presentan las características deseables en las cuales hay consenso entre los expertos:

- Acceso universal con cobertura efectiva y continuidad.

- Calidad técnica respaldada por normas validadas y facilitada por normas administrativas adecuadas.

- Organización funcional: disminución de barreras, horarios.

- Equipo multidisciplinario, entrenado, comprensivo y comprometido, que destaque un profesional responsable en forma individual.

- Nivel primario integrado a los niveles de referencia.

- Participación de los adolescentes y jóvenes.

- Énfasis en promoción y prevención.

- Credibilidad.

- Privacidad y confidencialidad.

- Identidad.

- Penetración en la comunidad.

- Coordinación intersectorial, especialmente con educación

Política Nacional


Política Nacional
A favor de la Infancia y la Adolescencia
2001 - 2010

El Estado ha manifestado una constante preocupación por la infancia y la adolescencia, pero la mirada ha ido variando progresivamente desde una visión asistencial hacia una promocional y de inversión social, considerando el desarrollo infantil como un componente fundamental y directamente asociado al desarrollo humano integral. Los Programas tradicionales están orientados a los “problemas de la infancia” o a “los niños con problemas”. La intencionalidad de esta política es que las instituciones y programas creados para implementar acciones a favor de la infancia y la adolescencia respondan a la lógica de ver al niño como objeto de atención y protección y no como sujeto de derechos. Se ha perdido de vista al niño, niña y adolescente como sujeto portador de múltiples necesidades pero también de capacidades y potencialidades, como un ser integral y como tal, capaz según su etapa de desarrollo, de participar y aportar en la solución de sus problemas.

El tema de la infancia ha sido relevado en la agenda pública social a partir de 1990, teniendo como marco de referencia los compromisos asumidos por Chile en la “Cumbre Mundial en favor de la Infancia” en 1990, y a partir de la suscripción de la Convención sobre los Derechos de los Niños (CDN), ratificada por nuestro país en ese mismo año.

En un estudio desarrollado por el Grupo de Trabajo Interministerial de Infancia y Adolescencia en 1999, en el marco del proceso de análisis de las políticas sociales dirigidas a grupos prioritarios, se constató la existencia de 93 programas, proyectos, servicios y/o beneficios dirigidos específicamente a los niños, niñas y adolescentes del país, implementados por la administración central del Estado. Desde el punto de vista de su cobertura, sólo un 5,4% de la oferta catastrada es de carácter universal (dirigida a todos los niños, niñas y adolescentes chilenos) y el 94,6% restante es de carácter selectivo, es decir, dirigida a grupos de niños, niñas y adolescentes que presentan problemas específicos.

En general la oferta pública, se orienta a lo que tradicionalmente ha sido la acción del Estado hacia los niños, niñas y adolescentes, es decir hacia una oferta sectorial centrada en educación, salud y justicia. La acción desplegada, no ha tenido explícitamente por norte una mirada integral.

Cabe señalar en materia de resultados, que esta oferta pública ha sido capaz de mejorar sustancialmente la situación de salud de los niños y niñas, en relación con los indicadores tradicionales de morbimortalidad y de saneamiento ambiental, tales como esperanza de vida, atención profesional del parto, desnutrición, disponibilidad de agua potable y servicios higiénicos, alcanzando niveles equivalentes a los que presentan los países desarrollados .También en esta área, encontramos avances relevantes en lo relacionado con el desarrollo de acciones de promoción de la salud y prevención de enfermedades, porejemplo en la erradicación de ciertas enfermedades, con programas tan exitosos, como el de inmunización, que se dirige al 100% de la población infantil. Sin embargo, se evidencia insuficiencias en relación con la calidad y oportunidad de la atención a la que se ven enfrentados los niños, niñas y adolescentes, según el sistema de salud al que pertenecen (públicos o privados). Por otra parte, se constata la existencia de una serie de programas que apuntan a resolver problemas semejantes, los cuales están débilmente coordinados.

Se ha avanzado en la descentralización del diseño de las intervenciones, especialmente en salud y educación. Pero en el resto de los sectores, el diseño programático se sigue realizando principalmente en el nivel central, sin considerar las particularidades regionales, ni menos locales, lo que afecta la eficiencia al momento de la ejecución.

La CDN ha implicado un cambio radical en la concepción de la infancia, transformando al niño y niña de objeto a sujeto de derechos y regulando, desde esta perspectiva, su situación jurídica y sus relaciones con la familia, la sociedad y el Estado.

La CDN, tal como lo expresa su artículo 4, obliga en forma directa a los Estados partes a “adoptar todas las medidas administrativas, legislativas y de otra índole que sean necesarias para dar efectividad a los derechos en ella reconocidos. El desafío ético que esto plantea requiere de profundas transformaciones culturales, las cuales traspasan los marcos meramente discursivos, y se requiere que permeen a la sociedad, de tal manera que los principios y derechos enunciados formen parte de la vida cotidiana de toda nuestra comunidad nacional.

Es en este marco que el Gobierno de Chile ha considerado fundamental contar con una política especialmente dirigida a los niños, niñas y adolescentes (todos los chilenos y chilenas menores de 18 años de edad), entendiendo por niño a toda persona menor de 12 años y por adolescente aquel que se encuentra entre los 12 y los 18 años de edad. Una política que recoja y oriente la aplicación de los principios consagrados y los derechos reconocidos en la CDN.

La Política Nacional a favor de la Infancia y la Adolescencia, pone énfasis en considerar a los niños, niñas y adolescentes según sus atributos y sus derechos frente al Estado, la familia y la sociedad, y no en sus carencias.

La Política pretende ser un marco orientador y ordenador de todas y cada una de las acciones que el gobierno realice a favor de la infancia y la adolescencia, de manera de reconocer las necesidades básicas de los niños como derechos y de establecer las responsabilidades que tiene la sociedad en su conjunto para que sean respetados.

Tiene además un carácter estratégico pues por una parte, ofrece un marco de referencia que otorga sentido y coherencia a dichas acciones y, por otra, busca incidir en las acciones específicas que vayan teniendo lugar en los distintos sectores, instituciones y niveles de la administración del Estado. Su operacionalización se produce a través de la implementación del Plan de Acción Integrado 2001 – 2010. Se trata de una Política estructurada sobre la base de los derechos fundamentales de la infancia y la adolescencia que, al mismo tiempo, reconoce las particularidades, necesidades de desarrollo5 y potencialidades de los niños, niñas y adolescentes en sus distintas etapas de desarrollo, y el contexto económico, social, cultural y geográfico en donde se desarrollan.

DERECHOS GENERALES de todos los niños, niñas y adolescentes que vivan en Chile:

1. Derecho intrínseco a la vida.

2. Derecho desde que nace a un nombre, a adquirir una nacionalidad y a preservar su identidad.

3. Derecho del niño, en la medida de lo posible, a conocer a sus padres y a ser cuidado por ellos, y a preservar las relaciones familiares de conformidad con la ley, si injerencias ilícitas.

4. Derecho de todo niño a un nivel de vida adecuado para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral y social.

5. Derecho a beneficiarse de la seguridad social, incluso del seguro social.

6. Derecho del niño al disfrute del más alto nivel posible de salud y a servicios para el tratamiento de las enfermedades y la rehabilitación de la salud.

7. Derecho del niño a la educación.

8. Derecho del niño al descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad. 5 Las etapas y necesidades de desarrollo a las cuales de hace mención a lo largo del documento son: 0 a 2 años (confianza básica), 3 a 5 años (autonomía), 6 a 12 años (Iniciativa, competencia y laboriosidad), 13 a 18 años (identidad).

9. Derecho a ser protegido contra toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual, mientras el niño se encuentre bajo la custodia de los padres, de un representante legal o de cualquier otra persona que lo tenga a su cargo.

10. Derecho a ser protegido contra el uso ilícito de los estupefacientes y sustancias psicotrópicas enumeradas en los tratados internacionales pertinentes, y para impedir que se utilice a niños en la producción y el tráfico ilícitos de esas sustancias.

11. Derecho a estar protegido contra la explotación económica y contra el desempeño de cualquier trabajo que pueda ser peligroso o entorpecer su educación, o que sea nocivo para su salud o para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social.

12. Derecho del niño a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión.

13. Derecho a la protección de la ley contra injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra o a su reputación.

14. Derecho del niño a expresar su opinión libremente en todos los asuntos que afectan, teniéndose debidamente en cuenta las opiniones del niño, en función de la edad y madurez del niño.

15. Derecho del niño a la libertad de expresión; ese derecho incluirá la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de todo tipo, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o impresas, en forma artística o por cualquier otro medio elegido por el niño.

Derechos especiales

Queremos que en nuestro bicentenario como país, el año 2010, los niños, niñas y adolescentes:

· Sean sujetos plenos de derechos, conscientes y activos también en el cumplimiento de sus deberes y obligaciones. Tengan sus derechos fundamentales garantizados por el Estado y por toda la sociedad, independientemente de su condición física, mental, económica, social o cultural.

· Estén plenamente integrados a la sociedad que los recibe y los acoge.

· Sean niños, niñas y adolescentes queridos, apreciados, valorados y respetados en sus necesidades, en los diversos espacios de convivencia donde les corresponda desenvolverse.

· Tengan la posibilidad de desarrollarse al máximo de sus capacidades y potencialidades, como personas con derechos y responsabilidades.

· Sean personas saludables.

· Vivan en un ambiente familiar que los proteja, los oriente, los guíe y los conduzca a su pleno desarrollo.

· Tengan una educación de calidad que genere real igualdad de oportunidades y considere su origen, su familia y su comunidad.

· Vivan en ciudades y localidades a escala humana, con acceso garantizado a espacios de recreación, cultura, deporte y vida al aire libre.

Situación de la salud infantil en Chile.


Situación de la salud infantil en Chile. (Romero,M; Bedregal,P.)

Los problemas de salud de madres y niños han sido considerados de ­importancia, asignándoles la primera prioridad en los programas de intervención. Hasta hace una década la mayoría de los países latinoamericanos incluía algo más del 50% de su población en dichos grupos, pues como países demográficamente jóvenes contaban con más del 33% de sus habitantes entre los menores de 15 años y alrededor del 22% eran mujeres en edad fértil. En lo cualitativo, se reconoce la importancia de la madre en la mantención y desarrollo de la familia, así como la relevancia de niños y jóvenes en el desarrollo de un país. Los programas de salud materno-infantiles en los países latinoamericanos han producido un notable impacto positivo, con descenso de las tasas de mortalidad y disminución de algunas tasas de morbilidad, especialmente de las enfermedade infecciosas transmisibles en general e inmunoprevenibles en particular. Ello ha generado cambios en el perfil de los problemas de salud, destacando la emergencia de algunos nuevos y la persistencia de otros, pero con diferentes características. Dado que la amplitud del tema de la salud materno-infantil impide el abordaje de todas sus áreas en profundidad, en este trabajo hemos optado por hacer un análisis a partir de algunos grupos de­ edad seleccionados.

Mortalidad infantil

La mortalidad infantil (MI) se refiere a las muertes ocurridas durante el primer año de vida y se expresa como tasa por mil nacidos vivos (NV). Ha sido tradicionalmente considerado uno de­ los indicadores más sensibles de la situación de salud de una ­comunidad y también un buen indicador del nivel de vida.

En la MI se distinguen dos componentes: la mortalidad neonatal, que corresponde a las defunciones entre 0 y 27 días de vida, y la mortalidad infantil tardía, entre 28 días y 11 meses. Se acepta generalmente que la neonatal tiene estrecha relación con la atención maternal (prenatal y del parto), y que la tardía la tiene con las condiciones ambientales y la atención infantil.

Chile es en la actualidad uno de los países de América que presenta más bajas tasas, ocupando la cuarta ubicación entre 28 países, con una tasa de MI de 16 por mil NV para 1990, superado por Canadá, Estados Unidos y Cuba (tasas de 7, 10 y 13, respectivamente). La tasa chilena es semejante a la de Costa­Rica, con 17, e inferior a la de Argentina, Colombia, Panamá, Surinam y Uruguay (tasas entre 20 y 60). Otras tasas de la región son: Brasil 63, Honduras 68, Perú 88, Haití 97 y Bolivia 110.

El notable descenso en la MI en los últimos 50 años (desde 191, 6­por mil N.V. en 1940 a 16 en 1990) es consecuencia de los progresos en el nivel de vida, de los avances en la medicina y de ­la aplicación de éstos en programas de alta cobertura a través de­ la organización de salud, principalmente del sector público. En el área materno-infantil destacan los programas regulares (atención profesional del parto, control de niño sano, paternidad ­responsable), la implementación de políticas y leyes de­ protección a la madre y al niño y las actividades permanentes del Programa Nacional de Alimentación Complementaria y del Programa Ampliado de Inmunizaciones.

Investigaciones nacionales muestran que aunque las condiciones de vida son importantes, también lo es la atención médica. Es así como se encuentran correlaciones positivas entre el descenso de ­la MI con la atención profesional del parto (r=0,91); con horas médicas por mil habitantes (r=0,90); con consultas médicas por ­habitante (r=0,76). La instrucción de la madre también alcanzó una buena correlación (r=0,84), la cual es mayor que la observada con el ingreso (r=0,65).

Evolución

La Figura 1 presenta la evolución de la MI y la neonatal desde 1960 a 1990. El número de defunciones anuales y las respectivas tasas han disminuido en forma importante (86,7%), tanto para las muertes neonatales como para las infantiles tardías. En 1990 se llegó a una tasa de 16,0 por mil NV. El máximo descenso lo presentó la mortalidad infantil tardía con 91,2%, en tanto que la neonatal descendió en 75,9%. Desde 1985 la proporción de muertes infantiles tardías es mayor que las neonatales. Del total de­muertes infantiles del país en 1990, 2.608 corresponden a­neonatos, con una tasa de 8,5 por mil NV. De éstas, 2.078 se produjeron en los primeros días de vida. Con respecto a la­mortalidad infantil tardía, ese año se registraron 2.307 muertes (tasa de 7,5).


Figura 1. Evolución de las tasas de mortalidad infantil y neonatal en Chile desde 1960 hasta 1990. La diferencia entre ambas es la tasa de mortalidad infantil tardía.

Causas

La Figura 2 muestra que en el período 1970 a 1990 han disminuido especialmente las muertes de causas respiratorias e infecciosas, así como las perinatales.


Figura 2.
Evolución de las tasas de mortalidad infantil específicas por causas respiratorias, infecciosas, perinatales, congénitas y otras, entre 1970 y 1990.

En la Tabla 1 se muestran las principales variaciones de las causas específicas en el período 1962-1990. Destaca el importante aumento de las congénitas cardíacas y del sistema nervioso central, así como el descenso de sarampión, diarreas y neumonías. Los diferentes descensos han modificado la importancia relativa de las causas de muertes; las anomalías congénitas aumentaron su proporción de 4,1% a 22,9% de las muertes y los traumatismos y envenenamientos desde 1,4% a 14,8%. Es probable que en este último grupo, que también presentó un aumento de la tasa específica, haya influido un mejor registro estadístico.

Tabla 1.
Mortalidad infantil por causas. Variaciones más importantes 1962-1990

Causas
específicas

Tasas por 10.000 N.V.

Variación
(%)

1962

1990

Sarampión

357

0,3

- 98

Neumonías y BN

3.625

239

- 93

Enf. diarreica

1.338

24

- 98

Malf. cong. cardiacas

12

124

+ 933

Malf. cong. SNC

4

106

+ 2.550

Inhalación-ingestión

37

186

+ 402

Mal definidas/inmadurez

3.220

451

- 861

El grupo de causa de muerte más importante en menores de un año es el de las afecciones originadas en el período perinatal, con 1.700 defunciones, que representan un tercio de las muertes totales, con una tasa de 552,8 por 100 mil NV. Le sigue el grupo de congénitas, con 1.127 defunciones, con una tasa de 366,5 por­100 mil NV.

En la mortalidad neonatal, las afecciones originadas en el período perinatal constituyen la primera causa (61,0%), seguida de las anomalías congénitas (26,5%). Las enfermedades del aparato respiratorio representan el 5,8% y los traumatismos y envenenamientos el 4,1% de las muertes neonatales.

En la mortalidad infantil tardía, el primer lugar lo presentan las enfermedades del aparato respiratorio con un 28,0%; el segundo los traumatismos y envenenamientos con 26,7%, seguido de ­anomalías congénitas con 18,9%. Las afecciones perinatales ocupan ­sólo el 4,7% del total de las tardías.

Con respecto a diagnósticos específicos de muertes infantiles destacan la bronconeumonía, que produce 12,8% de éstas, la aspiración de líquidos o de vómitos (9,6%), la inmadurez extrema­(9,3%) y la membrana hialina (5,8%). Cabe señalar que las diarreas infantiles sólo causan 1,5% de las defunciones, cifra indicativa del éxito de los programas de control.

Distribución geográfica

La MI chilena, tan baja dentro del contexto latinoamericano, esconde marcadas diferencias al interior del territorio nacional. Esto revela una falta de equidad en salud, cuyas causas pueden estar en las políticas regionales, en la implementación de los programas y en la situación socioeconómica.

La Figura 3 muestra las tasas según Servicios de Salud. El mayor riesgo de muerte para el menor de un año se observa en Araucanía­(20,9), Valdivia (20,8), Bío-Bío (19,7), Llanchipal (19,1),­Coquimbo (18,9) y Aysén (18,3). En cambio, los Servicios con­menor MI son Arica (10,5), Metropolitano Oriente (10,7) y Osorno­(11,2).


Figura 3.
Distribución geográfica de las tasas de mortalidad infantil neonatal y tardía en Chile en 1990.

Los Servicios de Salud que concentran mayor proporción de muertes en menores de un año son, en orden decreciente: Araucanía con 9,7% del total de defunciones del país, Metropolitano Sur con 7,4%, Metropolitano Occidente con 7,4%: Maule con 6,3% y Metropolitano Sur-Oriente con el 6,3%. Estos cinco servicios concentran el 31,6% del total de muertes del país.

Los Servicios de Salud con mayor tasa de mortalidad neonatal son: Coquimbo (11,7), Araucanía 11,2) y Valdivia (11,1). Los Servicios que presentan la mayor tasa de muertes infantiles tardías son: Aysén (11,7), Llanchipal (10,0), Araucanía y Valdivia (9,7) y Bío-Bío (9,3).

Evitabilidad

En el año 1982 se introdujo en el país la auditoría de muerte infantil y fetal tardía como mecanismo de evaluación de la atención de salud, y se sistematizó la utilización de las definiciones recomendadas por el Comité de Expertos en Estadísticas de Salud en relación a nacidos vivos, muerte fetal, aborto, etcétera. A partir de la información que aportaron las auditorías, se hizo manifiesta la existencia de puntos críticos en el sistema de atención y de muertes evitables. De acuerdo a­especialistas, cerca de un tercio de las muertes infantiles tienen el carácter de evitable.

Gattini y cols realizaron un importante estudio de la MI a partir de las auditorías y de la opinión de los propios equipos locales en cuanto a evitabilidad de defunciones en dos situaciones: sin agregar tecnología, lo que denominaron evitabilidad con tecnología básica (que es la que se tiene en los servicios públicos), y con alta tecnología. El análisis concluyó que la MI a nivel nacional podría disminuir de 16,0 a 11,5, mientras que en los Servicios de tasas extremas la reducción podría ser de 20,9 a­13,7 en Araucanía y de 10,5 a 8,1 en Arica. La mortalidad neonatal podría disminuir en Chile de 8,5 a 7,2 , mientras que en­los Servicios de tasas extremas la caída podría ser de 20,9 a­13,7 en Araucanía y de 10,5 a 8,1 en Arica. La mortalidad infantil tardía, a nivel nacional podría disminuir de 7,5 a 4,0, miestras que en los Servicios de tasas extremas el descenso podría ser de 11,2 a 8,9 por mil en Araucanía y de 5,1 a 4,0 en Arica.

A pesar de que actualmente la mortalidad infantil tardía es más baja que la neonatal, la evitabilidad estimada permite sustentar que aún es posible obtener un mayor impacto en la edad infantil­ tardía.

LA SALUD DEL ADOLESCENTE Y JOVEN

( Romero , M)

En 1990, los adolescentes y jóvenes (10 a 24 años) constituían el 31% de la población de América Latina y el Caribe, con 137 millones, cifra que se proyecta a 172 millones al cambiar el­siglo. En Chile, el grupo de 15 a 24 años alcanza al 19,1% del total de la población, con casi 2,5 millones. La población de 10 a 24 años, aunque de características muy variables, comparte estar sometida a influencias y riesgos derivados del proceso de­crecimiento y desarrollo, período de transición y cambios de esta etapa del ciclo vital.

Mortalidad. Los datos de mortalidad tienen la limitación de corresponder al registro de un evento terminal que no revela la prevalencia de condiciones, comportamientos o enfermedades que no constituyen causa directa de muerte. El riesgo de muerte en el grupo de 15 a 24 años alcanzó a 0,88 por 1.000 en 1990, cifra inferior a la mortalidad general que alcanzaba a 6,0 por 1.000, y muy inferior a la mortalidad infantil, de 16,0 por 1.000. Entre ­las características más destacables de la mortalidad de este grupo se encuentra la diferencia según sexos: 0,43 por 1.000 las ­mujeres comparada con 1,31 por 1.000 para los varones.

El 65% de la mortalidad está dado por el grupo de traumatismos y envenenamientos, incluidos en la categoría de causas externas, con tasas de 55,3 por 100.000 para ambos sexos, siendo 14,7 para las mujeres y 95,0 por 100.000 para los varones. La segunda causa de muerte corresponde a tumores malignos, mayoritariamente leucemias y linfomas.

Los traumatismos y envenenamientos son la más importante causa de años de vida potencial perdidos en adolescentes, con el 56% de éstos en Chile. Las causas externas representan, además, una de las más importantes causas de discapacidad. Estimaciones de la ­Organización Mundial de la Salud indican que por cada adolescente que muere en un accidente de tráfico, 10 a 15 quedan con secuelas graves y de 30 a 40 presentan daños menos graves, pero que requieren de cuidados médicos, psicológicos o de rehabilitación.

Morbilidad. La morbilidad expresada por las consultas tiene escasa utilidad, ya que la respuesta de los servicios a las demandas de este grupo es insuficiente. Encuestas de morbilidad muestran que los adolescentes perciben 0,96 episodios de­ enfermedad aguda/persona/año, de los cuales sólo 0,26 llega a­constituir demanda satisfecha, frente a un promedio de 5 episodios persona/año en población total, de los cuales la mitad constituye demanda satisfecha.

Contribuye al desconocimiento de este aspecto la falta de preparación específica de los profesionales para pesquisar los problemas de salud de adolescentes y jóvenes. Esto se demuestra en el hecho de que las causas de consulta no difieren de lo que se registra para el niño cuando la atención la realiza un pediatra, o de la del adulto si la realiza un médico general. En cambio, cuando la atención es realizada por personal especialmente entrenado, aparece la especificidad etaria de los problemas biológicos y los de la esfera psicosocial: variaciones normales del proceso de crecimiento y desarrollo, acné, trastornos ortopédicos de extremidades y columna, de órganos de los sentidos, trastornos menstruales y relacionados con la salud reproductiva, angustia, consumo de sustancias, etcétera.

La información de morbimortalidad en edades más avanzadas demuestra que las conductas y los estilos de vida que se adoptan en la infancia y adolescencia tienen su expresión en etapas posteriores, de modo que la forma más apropiada de disminuir los riesgos de las enfermedades crónicas del adulto y anciano es la intervención en este período.

Conducta reproductiva La tasa de fecundidad en mujeres de 15 a 19 años en el país es de­64 por 1.000, lo que cuantitativamente no representa un problema de magnitud. Sin embargo, existen numerosas publicaciones que documentan el impacto del embarazo precoz, especialmente con edad ginecológica inferior a 20 años. Este se expresa en aspectos biológicos y psicosociales de la madre y del hijo. El hijo de­ madre adolescente tiene mayores riesgos, que se traducen en ­mayor frecuencia de bajo peso de nacimiento y de morbilidad en el­ período perinatal e infantil, incluyendo riesgos de negligencia y maltrato que ameritan medidas de apoyo de la red social y familiar. Esto se relaciona con la alta tasa de ilegitimidad del hijo de madre adolescente, que alcanza a 83% en madres menores de­15 años y a 70% en madres de 15 a 19, siendo la proporción para toda edad materna de 33%.

Programas de atención a embarazadas adolescentes han demostrado que los riesgos biológicos son susceptibles de disminuir. La prevención primaria del embarazo no deseado en adolescentes se basa en acciones educativas en grupos y con las familias. En los aspectos psicosociales, el embarazo de la adolescente afecta su proyecto de vida, con interrupciones o término de su escolaridad, bajas expectativas laborales y un futuro incierto.

En relación a la actividad sexual precoz, existe el riesgo de­ adquirir enfermedades de transmisión sexual, cuya incidencia se conoce muy poco en este grupo. Un estudio realizado en Chile en­100 adolescentes embarazadas encontró 96,2% de seropositividad para citomegalovirus, 81% de mycoplasmas, 6% clamydias y 1 cultivo positivo de gonococo, concluyendo que la frecuencia de­ ETS en estas adolescentes es alta, especialmente por gérmenes no tradicionales. Los anticuerpos VIH y sífilis resultaron­ negativos.

Violencias y traumatismos: Accidentes y causas externas

Existe un incremento de la violencia en sus diversas manifestaciones, que produce impacto negativo en la calidad de ­vida, pérdidas de vidas de población joven y adulta joven, y un alto costo económico-social, constituyendo la principal causa de ­utilización de servicios asistenciales en estas edades. Se sabe que los factores ambientales ejercen gran influencia en la expresión de la violencia, lo que se observa en manifestaciones masivas (deportivas, musicales, políticas), lo que presenta grandes desafíos a la sociedad en cuanto al diseño de estrategias de intervención.

Los accidentes por vehículos a motor dan cuenta de algo más del 20% de las muertes por causas externas. Los homicidios, expresión muy explícita de violencia, son la segunda causa de muerte en­ adolescentes y jóvenes en la mitad de los países de América y se concentran en la población masculina de 15 a 24 años.

El suicidio tiene también su mayor frecuencia en este grupo de 15 a 24 años; es responsable del 5% de todas las muertes de ­adolescentes en Chile, Uruguay, Costa Rica y Ecuador y de casi el­10% en Estados Unidos, donde tiende a presentarse a edades más bajas: está entre las 5 primeras causas de muerte en el grupo de 5 a 14 años en Canadá, Estados Unidos, Puerto Rico, Surinam y Paraguay. En Chile, las muertes por homicidio y suicidio suman más que las de accidentes de tráfico en población de 15 a 24 años, con asociación al consumo de alcohol. Los datos sobre suicidio son incompletos, tanto por los métodos para certificar la causa de muerte, como por las implicaciones culturales y religiosas que esta causa tiene.

La importancia de las muertes por armas de fuego en América Latina no se conoce con exactitud, pero se ha demostrado que la accesibilidad a las armas de fuego es un factor central en la­ frecuencia de suicidios y homicidios, en países como Estados Unidos y Canadá.

Las muertes por inmersión y sumersión persisten como problema en Chile, lo que debería estimular programas deportivos y recreativos que contemplen la natación.

Consumo de sustancias

Se estima que 10 a 30% de los adolescentes ha tenido experiencias de consumo, la mayoría en forma pasajera, lo que depende del tipo de droga utilizada, de la oferta de ésta y de la capacidad económica para adquirirla. La marihuana es la droga más extensamente consumida por los jóvenes, muchas veces asociada a­tabaco y alcohol. Los inhalables, en general, son consumidos por los preadolescentes y adolescentes menores, en especial los procedentes de sectores de pobreza y marginalidad.

El consumo de bebidas alcohólicas aumenta en el mundo, especialmente entre jóvenes de países que tienen tradición de­consumo alto en adultos. En Chile, se produjo un incremento de­400% entre 1958 y 1987, año en que consume en forma excesiva alrededor del 12% de los estudiantes de la ciudad de Santiago. La familia y los amigos tienen una influencia muy importante en el inicio y en la mantención del consumo excesivo, hecho a­considerar en las acciones de intervención: se comienza a beber por identificación con los padres que beben y se sigue bebiendo imitando a los pares.

Estudios latinoamericanos de prevalencia del consumo de bebidas alcohólicas y del hábito de fumar en adolescentes muestran la­cifra más alta de "bebedores en el último mes" en los varones chilenos, con 80% y la más alta de fumadores en varones de Perú, con 55%.

El consumo de tabaco está aumentando, especialmente entre las mujeres jóvenes, en Latinoamérica y el mundo en desarrollo, en contraste con su sostenida disminución en la mayoría de los países desarrollados.

Los patrones de consumo en cuatro ciudades chilenas señalan que la primera experiencia con cualquier droga se ha tenido entre los 10 y 14 años en el 26,1% y entre los 15 y 19 años en el 52,2%. Neoprén y marihuana se han experimentado antes de los 14 años en cerca del 40% de este grupo.

Las conductas de riesgo tienden a agruparse en las mismas personas, como ocurre con la asociación entre violencia y alcohol. En Chile, el 65% de los suicidios y el 71% de las muertes por accidentes de tráfico en población de 15 a 24 años, se produjo con alcoholemias significativas. Se ha encontrado que el consumo de tabaco, así como el de alcohol en jóvenes, se encuentran ligados al consumo de sustancias químicas en general entre sus padres. Estos grupos entran en un círculo vicioso en el cual la dependencia química y la pobreza llevan a la delincuencia, la prostitución y otras conductas antisociales.